Galería / Vuelo 505 & Jarabe de Palo, Pamplona (Zentral, 01/12/2018)

Vuelo-12

 

Texto y fotos, por Javier Escorzo.

Publicado originalmente en Diario de Noticias.

 

FECHA: 30/12/2018

LUGAR: Sala Zentral

INCIDENCIAS: Entradas agotadas, lleno absoluto. Vuelo 505 son: Rubén Fernández (guitarra y voz), David de la Fuente (guitarra), Chema García (bajo) e Iván “Butch” Fernández (batería). En Jarabe de palo, acompañaron a Pau Donés: Jordi Vericat (bajo), Alex Tenas (batería), David Muñoz “Gnaposs” (guitarra), Jimmy Jenks Jiménez (saxo).

 

EL “HASTA LUEGO” DE JARABE DE PALO

 

Hace ya unos meses, Jarabe de palo, o lo que es lo mismo, Pau Donés (él se lo guisa y se lo come todo en este grupo desde el principio) anunció que iba a retirarse una temporada de los escenarios para dedicarse a vivir. Quiere hacer surf y disfrutar de su hija, pero antes se está despidiendo de su público con varios discos, una biografía, un libro con las letras de todas sus canciones y, por supuesto, una gira que recaló en Pamplona el sábado pasado (todo el papel  vendido con días de antelación). Su público tenía ganas de coger un buen sitio para disfrutar de la última actuación de Jarabe, y para ello llegó a Zentral con mucha antelación.

Hicieron bien los madrugadores, porque además de poder ocupar las primeras filas, también disfrutaron de la actuación completa de uno de los grupos que más está dando que hablar en los últimos tiempos y que, a juzgar por lo allí presenciado, más lo hará en el futuro. Lo dijo el propio Pau Donés cuando salió a presentar a Vuelo 505, a quienes definió como uno de los mejores grupos de rock que tenemos en nuestro país (“dentro de unos años les telonearemos nosotros a ellos”, dijo textualmente). Así las cosas, la banda riojana actuó ante una sala prácticamente llena, y aprovechó bien su oportunidad. Presentaron los temas de su último disco, “No hay historias de fracaso” (El Dromedario Records) y lo hicieron con pasión, garra y acierto. Su sonido es contundente y sus canciones están llenas de grandes melodías. Rubén (guitarra y voz) se encargó de espolear a los asistentes, que aplaudieron todos los temas, especialmente ‘Una casa en ruinas’, en la que Pau Donés salió a cantar con ellos (como ya hizo en el disco). Por cuestiones de tiempo no pudieron interpretar la última canción que tenían preparada (‘Las cosas que no pueden ser’), pese a que el público pidió con insistencia un bis. En cualquier caso, el objetivo ya estaba cumplido: habían triunfado en Pamplona.

Después llegó el turno de Jarabe de palo. Pau y los suyos salieron con trajes negros y camisas con chorreras. Si los atuendos eran elegantes, también lo fueron sus interpretaciones, destacando, por ejemplo, la introducción de saxo en la inicial ‘Dueño de mi silencio’, el solo de guitarra de ‘Realidad o sueño’ o los ritmos caribeños de ‘Quiero ser poeta’. El ambiente, que estaba siendo bueno, se caldeó de los lindo con ‘Depende’ y llegó a la emoción colectiva con ‘Humo’, todo un canto de amor a la vida. Salvo ‘Frío’, que sonó más desnuda y pausada, el resto de temas fueron incitaciones al baile, destacando, claro, la traca final de viejos éxitos: ‘Agua’ (“una de las canciones más bonitas que hemos escrito”, dijo al presentarla), ‘El lado oscuro’, con Pau a los bongos, ‘Bonito’, con un saxo muy funk, la inevitable ‘La flaca’, una sorprendente ‘Grita’ sobre batería a lo ‘We will rock you’ de Queen y una exultaste versión de ‘Carnaval’. Fue una despedida, sí, pero una despedida alegre (y esperemos que temporal).

 

Jarabe-12

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