Crónica / Coque Malla, Pamplona (Zentral, 15/10/2016)

 

Crónica y fotos, por Javier Escorzo.

 

Por fin recaló Coque Malla con su banda en Pamplona. Sus dos últimas visitas habían sido en solitario (giras “Termonuclear” y “Mujeres”). En esta ocasión el madrileño vino a presentar en sociedad a su última criatura,“El último hombre en la Tierra”. Se trata de un álbum excelso, quizás el mejor de su carrera, en el que las cuerdas juegan un papel determinante. Había curiosidad por ver cómo lo trasladaba al escenario de la sala Zentral, donde no contaría con ninguna orquesta que lustrara sus canciones. Pero la sutileza fue sustituida por la intensidad eléctrica y sus composiciones no se resintieron lo más mínimo.

 

El arranque fue demoledor con la abrasadora ‘Escúchame’ y ‘She’s my baby’, un rescate de “La hora de los gigantes”, el tercer disco en solitario de Coque pero, de alguna manera, el primero de la fecunda etapa que está atravesando actualmente. El contagioso estribillo de ‘Lo hago por ti’ fue coreado por la sala, que demostró que conocía al dedillo el material más reciente. La banda rugió con toda su fiereza en ‘La carta’, que tuvo un final espeluznante, para suavizar nuevamente su discurso en ‘Cachorro de león’. Coque quiso dedicar esa canción a su hermano Miguel, responsable de los exquisitos arreglos de cuerda que pueblan el álbum. Tras ella llegó ‘Todo el mundo arde’, muy escorada hacia el blues y con pequeña lluvia de purpurina al final.

 

Llegó entonces la hora de mirar al retrovisor del pasado con ‘Sabor salado’. Y puede que sea la influencia de Rubén Blades, a quien rindió homenaje en forma de disco hace unos meses, pero el clásico de Los Ronaldos sonó con ciertas reminiscencias latinas, sin perder por eso su marcada raíz eléctrica.

 

‘Me dejó marchar’ es uno de los momentos especiales del disco, y también lo fue en el concierto. No había orquesta, pero quién la necesita si tiene a Toni Brunet en la guitarra. Después de semejante derroche de intensidad Coque se sentó en un taburete para interpretar en formato semiacústico ‘Lo intenta’, ‘Saca la lengua’ y ‘Hace tiempo’, canción que terminó de pie. Y nuevamente con la banda a pleno rendimiento, ‘Santo, Santo’ y ese gran hit titulado ‘No puedo vivir sin ti’. Llegaba el momento de la despedida y para ello eligió la hermosísima ‘La señal’, una de las mejores canciones de su nuevo álbum (de hecho es el actual single del mismo).

 

Ya en los bises, ‘Guárdalo con amor’, tercer y último rescate de Los Ronaldos, y ‘Hasta el final’, que sonó a balada clásica del rock español; ese rock de ascendencia anglosajona que también practican (o practicaron) bandas como M Clan o Los Rodríguez. El adiós llegó con ‘Despierto’, la canción que abría “Termonuclear”, un disco por el que reconoció sentir predilección. Después, jam para presentar a la banda (inmensa durante toda la actuación), y despedida de un público entregado a ritmo de ‘Young americans’, de David Bowie, con un Coque cantándola exultante. Prometió volver, y sus seguidores le tomaron la palabra. Y es que con banda o sin ella, siempre es un placer disfrutar de Coque Malla.

 

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Si quieres leer la reseña de “El último hombre en la Tierra”, pincha aquí.

 

 

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